Hoy en nuestro país nadie podría concluir que la pobreza en Chile es cosa del pasado, o algo secundario. No obstante, poco se habla de ella en estos días de campañas y propuestas programáticas. Según la encuesta CEP, en la década de los 90 la pobreza marcaba alrededor de un 50% en los tres temas prioritarios que el gobierno debía solucionar según la percepción ciudadana, hoy marca solo 17% ocupando el noveno lugar. En las últimas 3 décadas el país ha sido exitoso en disminuir la pobreza, asimismo, hace una década que comenzamos a medir también las carencias multidimensionales, y hay temas emergentes como la migración y la inseguridad, que probablemente pusieron esta problemática en un plano secundario. Sin embargo, la pobreza en Chile no ha desaparecido. Ha cambiado de rostro, de lugar y de forma, pero sigue aquí, limitando vidas y posibilidades todos los días.
En enero próximo conoceremos las nuevas cifras de pobreza a nivel nacional, gracias al trabajo de la Comisión Asesora Presidencial, que están realizando las instituciones a cargo. Según la nueva propuesta, la pobreza por ingresos en Chile pasaría del 6,5% actual (Casen 2022), a más de un 20% y la pobreza multidimensional, por tanto, también pasaría de un 16,9% en 2022 a un 24,9%. Este paso supone reconocer a un grupo muy numeroso de nuestra población, que vive sin ingreso suficiente y con carencias importantes en distintos ámbitos. De tomarse las indicaciones de la Comisión, estamos hablando de más de 4 millones de personas.
Luego de 30 años trabajando en zonas rezagadas y vulnerables, principalmente rurales a nivel nacional, entendemos que la pobreza es un fenómeno dinámico y por ello es vital entender sus nuevas manifestaciones. En estas décadas hemos tenido como propósito aportar con una mirada más comprensiva del fenómeno de la pobreza y sobre todo visibilizar, activar y conectar el tremendo activo de las comunidades que la enfrentan cada día, con nuevas oportunidades. Un esfuerzo en el que el Estado, el sector privado, la academia, distintas organizaciones como las nuestra y las propias personas, han sido y son fundamentales.
Por ello, esta semana entregamos a las candidaturas presidenciales una propuesta de política pública para el desarrollo local, Umbrales Sociales para Chile. Ocho estrategias que integran dimensiones económicas, sociales, culturales y ambientales y que establecen la necesidad de impulsar los medios de vida presentes en comunidades que, a pesar de contar con activos y recursos valiosos e importantes, paradójicamente viven en territorios que presentan las cifras más altas de pobreza.
Revitalizar estos territorios, impulsar mayores inversiones, generar políticas públicas que respondan a sus necesidades, fortalecer los procesos de descentralización y actualizar instrumentos públicos que protejan y dinamicen el patrimonio que está presente, es una tarea urgente.
Creemos que hoy todos los sectores se deben sentir llamados a comprometerse, a no abandonar la superación de la pobreza como propósito colectivo, a que no se normalice, y que no se invisibilice a quienes más necesitan ser escuchados.
En conjunto, tenemos el desafío de lograr afianzar un compromiso por el bien común, con diálogo y encuentro, que permita conducir las discrepancias y establecer acuerdos con colaboración y el reconocimiento mutuo en esta tarea, para que seamos capaces de impulsar con entusiasmo, esperanza y fuerza un desarrollo justo, inclusivo, sostenible y solidario para Chile.
Carta de Catalina Littin, directora ejecutiva de Fundación Superación de la Pobreza, en La Segunda, 17 de octubre de 2025